Originaria de Valdepeñas (Ciudad Real) y acogida por Madrid a los 13 años cuando nos mudamos mi madre y yo a la sierra de madrileña. Desde muy pequeñita ya me encantaba el mundo artístico y literario. A los 14 años empecé a formarme como bailarina en la Academia de baile “Duende” en Collado Villalba, donde asenté las bases clásicas, de jazz y de moderno. Años después, estuve recibiendo formaciones en Madrid de baile moderno, jazz-funk, dancehall, hip-hop, house, comercial, contemporáneo, afro en: Connection Dance Center, Danza 180º, Stravadanza, Dance & Smile además de una formación intensiva de hip hop y dancehall en Barcelona con Groovilish. Durante ese proceso, me gradué como profesora de Educación Infantil en la Universidad Complutense de Madrid y estuve trabajando 6 años en diversos colegios de la sierra de Madrid. Pero mi alma sabía que le faltaba algo, que no era todo eso lo que me haría feliz de verdad, y decidí embarcarme en el camino de la interpretación a mis 26 años. Encontré “ECE”: “Escuela de Creación Escénica” en Madrid, Óscar Miranda, director de la escuela, me hizo una entrevista y finalmente fui admitida. Sentía que estaba donde tenía que estar, sentía mucha felicidad y esa paz interior de saber que estás en el camino correcto.
Así que cambié por completo mi vida, dejé de trabajar por las mañanas en el colegio para poder estudiar la Diplomatura en Interpretación trabajando en este caso en diferentes sitios de hostelería y ventas (además de seguir impartiendo clases de baile en una academia). Estuve 4 años en la escuela y finalicé la Diplomatura, un curso sobre las bases de la Interpretación ante la Cámara y un curso Avanzado de Interpretación ante la Cámara. Los mejores 4 años de formación, con sus más y sus menos, pero realizada, satisfecha y feliz.
Sintiendo que todo pasa por algo y que tenía que terminar por encontrar mi verdadero lugar en el mágico mundo de la interpretación. A día de hoy, sigo formándome en clases particulares de canto para ampliar mi formación actoral.
Estoy remando en la dirección de vida que de verdad quiero tener y no voy a parar nunca, porque llega un momento que lo sabes, tus tripas y tu corazón lo sienten, hay demasiado mundo interior y vivencias como para no exteriorizarlas y compartirlas, esto sí es lo que quiero, esto sí es lo que hubiera querida la pequeña Bego.
Gracias Vida.